Para hacer una buena familia
nunca debes olvidar
que los siguientes ingredientes
nunca pueden faltar:
Caricias, mimos y besos
en abundante cantidad,
bien mezclados con dulzura,
cariño y complicidad.
Respeto, tolerancia, empatía
y mucha comunicación.
En algunas ocasiones,
cuantas veces sean necesarias,
agregar también algo de perdón.
Tamizar las diferencias
con algo de comprensión.
Evitar que se hagan grumos
de pelea y mal humor.
Y si aún así se nos escapa algún grumo,
disolverlo con un poco de azúcar
y una buena dosis de risas,
porque la alegría y la dulzura
son los remedios más eficaces
contra todo tipo de malestar.
Luego llevar al horno,
sin descuidar su cocción,
desmoldar con paciencia
y espolvorear con mucha unión.
Y por último,
aunque para nada menos importante,
lo que no puede faltar en cualquier familia
es una buena comunicación
entre todos sus miembros.
Resulta ser un elemento fundamental,
que favorece la unidad, la cohesión,
la comprensión y la empatía,
ya que facilita una mayor comprensión
de los sentimientos de los demás.
¡FELIZ DÍA DE LA FAMILIA!