La cooperación consiste en el trabajo en común llevado a cabo por parte de un
grupo de personas hacia un objetivo compartido. El trabajo cooperativo no
compite sino que suma fuerzas hacia el objetivo. Puede suceder que un grupo
cooperativo compita con otro, pero dentro del grupo, nadie quiere ganar a su
compañero sino, juntos, al otro equipo. El objetivo
constante de la cooperación es el beneficio mutuo en las interrelaciones
humanas y se fundamenta en el principio del respeto mutuo. El valor, la
consideración, el cuidado y la participación proporcionan un fundamento a
partir del cual puede desarrollarse el proceso de la cooperación. La cooperación es un valor moral y social
lo que nos lleva a crecer en
dignidad en cuanto personas, porque indefectiblemente el valor moral
conducirá a la persona hacia el bien moral, que, como sabemos, es aquello que
lo perfecciona, lo completa y mejora.
Según Guillermo Ballenato, en su libro “Trabajo en equipo”, éste es una inversión de
futuro, un pilar fundamental del progreso social y del desarrollo humano, tanto
personal, como académico y personal.
No obstante, según este mismo autor, en
ocasiones el trabajo en equipo resulta especialmente complicado ya que para
este trabajo necesitamos poner todo nuestro respeto, tolerancia y generosidad,
dejando de lado el individualismo, que no la individualidad en nuestras aportaciones;
además de confiar en las aportaciones de los otros y en el grupo como entidad
viva.
Son muchas las corrientes pedagógicas
históricas y actuales que coinciden en la necesidad de que la escuela
sea el lugar básico y primero –junto con la familia- donde se trabaje en equipo
y se fomente la cooperación. Entre otras ventajas del trabajo colaborativo
escolar destacan:
- Se trabaja con menos tensión al compartir las dificultades y
responsabilidad
- Se minimiza la frustración
- Se dispone de más información
- Se desarrolla la sociabilidad esencial humana.
Existen algunos inconvenientes en
el trabajo en equipo: dificultad de coordinación, liderazgos perniciosos, en
caso de error algunos miembros del grupo no lo asumen como propio… sin embargo,
las ventajas son tales y de tal magnitud que minimizan estos inconvenientes.
Nuestro colegio asume el trabajo
en equipo y la cooperación entre todos los miembros de la comunidad educativa
como parte de la esencia de su Proyecto, trabajándose día a día y con
resultados como los que próximamente disfrutaremos a través de Cantania:
un coro escolar de niños de muchos
colegios de Parla, que ponen sus angelicales voces al servicio de la Belleza.
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Había una vez un ratoncito que vivía cerca de la guarida de un
león muy fiero. Un día, sin querer, lo despertó mientras éste dormía. El león
lo atrapó y rápidamente se lo metió en la boca, para comérselo. El ratoncito
aterrorizado, le dijo:
“¡Se lo suplico, majestad, no me devore, si me deja ir le estaré
eternamente agradecido, se lo juro; además ayudar a los demás, aunque sean tan
pequeños e indefensos como yo dará regocijo a su corazón!” “Escucha,
escucha….”, rugió divertido el león, “¿Quizá me quieras ayudar a cazar o
prefieres rugir en vez de mí?
El ratoncito confundido balbuceó: “En verdad, majestad, yo….”
El león exclamó: “¡Está bien! ¡Eres un ratoncito afortunado, hoy
me siento generoso, y te dejaré en libertad!”
Pasaron días, semanas y meses, pasó un día y otro, y un buen día
aparecieron cazadores en el bosque, que querían capturar a un león. Para eso
pusieron trampas por aquí y por allá.
El león cayó en una trampa y se encontró prisionero en una espesa
y resistente red. Intentaba con todas sus fuerzas liberarse, y romper la red
que lo tenía atrapado, pero su esfuerzo fue inútil. ¡Oh, pobre de mí!, se
decía, ¡no puedo escapar! Al fin, exhausto, se resignó a su destino, rugiendo
de dolor y desesperación. En aquel momento escuchó una vocecita que le decía:
“¡Majestad, veo que está en dificultades! ¡Quizás pueda ayudarle!
¡Roeré la cuerda que lo tiene atrapado hasta que logre liberarlo!”
El ratoncito trabajó velozmente, roe que te roe, hasta hacer
hilachas las fuertes cuerdas de la red y, al poco rato, el león estaba de nuevo
libre. Entonces, conmovido el león, agradeció a su amigo y le dijo:
“¡Me alegra tener un amigo como tú, que ha venido a ayudarme
cuando lo necesité!”.
Fin.
Cooperar es, también, ceder en nuestros
planteamientos mentales, no caer en la “cabezonería de salirnos siempre con
la nuestra”
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Comisión "Quiero contarte"
Laura esto mola mazo te as esforzado mucho te mereces un aplauso ,un abrazo y un beso se me olvida algo tu si que vales y en suiza tu si que vol de diana de 3ºA
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