martes, 14 de octubre de 2014

CÓMO PONER LÍMITES A LOS NIÑOS

¿ Por qué las normas y los límites son necesarios?
Marcar límites a los niños se hace necesario ya que :
  • Dan seguridad y protección. Si el niño es más fuerte que los padres, no se podrá sentir protegido por ellos.
  • Ayudan al niño a tener claros determinados criterios sobre las cosas. Son una referencia.
  • Demuestran afecto por parte de los padres.
  • Enseñan al niño a saber controlar sus deseos, y ello le prepara para situaciones similares que la vida le depara.
¿Qué condiciones son fundamentales para poder establecer con éxito los límites a nuestros hijos?
  • Que exista un buen clima familiar, de afecto y de cariño, con coherencia en su implantación por parte del padre y de la madre.
  • Los padres deben estar convencidos de lo que exigen y, por tanto, han de luchar para su cumplimiento.
  • Las normas marcadas han de ser claras y realmente necesarias, sin ser excesivas, pues acabarían por ser ineficaces.
  • Los padres deben comportarse en coherencia con lo exigido, con el ejemplo se enseña mejor. Por tanto, las normas han de ser consecuentes con el modo habitual de actuar en casa.
  • Mostrarse firmes, hasta cuando nos prueban con su actitud de ver cuál es nuestra conducta si se saltan las normas.Si se cede, será más difícil retomar nuevamente el respeto de esas normas.
  • No excluye la necesidad de que los padres puedan adoptar una mentalidad flexible que les permita ir adaptando esas normas a la situación, al momento y edad concreta del niño.
  • Los límites deben fijarse de manera que no afecten al respeto o autoestima del niño. Se trata de poner límites sin que el niño se sienta humillado, ridiculizado o ignorado. Hay que evitar calificar al niño, sólo hay que señalar el problema.( Es distinto decir:"Eres un pegón" a " No está bien que pegues a tu hermana")
  • Emplear pocas palabras para señalar la situación del problema. Los sermones son poco efectivos.
¿Qué hace que algunos padres les cueste poner límites?
  • Padres que sienten que no tienen energías suficientes para enfrentarse con sus hijos.
  • Padres que intentan compensar el poco tiempo de dedicación que les pueden dar.
  • Padres inseguros y con baja autoestima, que desean ser aceptados por sus hijos y no confían en sus propias decisiones ni en la capacidad de defenderlas.
  • Padres que tienen miedo al conflicto, a las malas caras y a decir "NO"
Es perjudicial tanto establecer unas normas demasiado estrictas, como el no ponerles límites.

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